Lecciones de Vida
Roberto Canessa, sobreviviente de la tragedia aérea de los Andes: "El director logra hacer un evento poético de una cosa tan terrible"
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Tenía 19 años y estudiaba medicina, cuando en octubre de 1972 abordó el avión de las Fuerzas Aéreas Uruguaya que trasladaba al equipo de rugby Old Christians Club del colegio Stella Maris, y a algunos de sus familiares, a jugar un partido con los Old Boys Club, de The Grange School, en Santiago. Más de dos meses después, y luego de caminar durante 10 días por la Cordillera de los Andes, Roberto Canessa y Fernando “Nando” Parrado, se encontraron con el arriero que los auxiliaría y daría la noticia de los 14 sobrevivientes (de los 45 pasajeros) que esperaban ser rescatados junto a los restos del avión.
La impactante historia de supervivencia llevada nuevamente al cine (en 1993 la cinta estadounidense ¡Viven! mostró la tragedia en la gran pantalla), ahora por el director español Juan Antonio Bayona y basada en el libro homónimo de Pablo Vierci. Se estrenó la semana pasada en Netflix y ha causado sensación en la audiencia. Es la película más vista en 88 países, con más de 22 millones de reproducciones en sus primeros días. Canessa celebra el éxito.
***
Evidentemente el mérito es la obra de Bayona que ha hecho una película sobre lo que nos pasó. El accidente es un hecho histórico como si fuera el Titanic y hay películas, libros, interpretaciones que son más magistrales que otras. Yo estaba en la sala cuando mostraron La sociedad de la nieve en su estreno mundial en el Festival de Cine de Venecia. Todo el mundo se quedó callado. Nadie se movía mientras corrían los créditos.
En un mundo tan vertiginoso como el de ahora, yo dije: ‘¿Qué pasa? ¿Tuvieron un apretón del alma que los dejó a todos reseteados?’ Pienso que hay algo de eso, y la película hay que verla dos o tres veces porque cada vez la disfrutás más. Entonces la conjunción de lo que nos pasó más la varita mágica artística de Bayona logran hacer un evento poético de una cosa tan terrible, porque aun siendo tan dura, la película te acaricia el alma.
Te puede interesar: La historia de amistad entre los sobrevivientes del avión uruguayo y los rugbistas chilenos de Old Boys
140 días de grabación, más de 400 horas, el trabajo físico y emocional de los actores, los efectos, el incansable trabajo de Vierci tratando de darle el tono de lo que era un grupo de uruguayos… Hay mucha conjunción de trabajo que logra la obra, no es gratis todo eso. La mano de Bayona ya se aprecia en su película Lo imposible, que transcurre en el tsunami de Tailandia. Entonces se interesó en el cine de tragedia y cuando le llega el libro La sociedad de la nieve, decide hacer la película. Él sabía que era una historia que el mundo respeta.
Cuando filmaban en Uruguay llevaba a mis nietos para mostrarles el set y ahí le dije a Juan Antonio ‘¿por qué en lugar de poner extras no nos pones a nosotros?’ Se me ocurrió porque grababan a una cuadra de mi casa en una Escuela Naval que se parece al hospital de San Fernando, es de la misma época, y ahí Bayona me dice: ‘Ponete una túnica que vas a recibir a Canessa (interpretado por el actor Matías Recalt)’. Ese es el genio del director, él sobre la marcha va cambiando los 10 libretos que hizo. Es un coloso en la dirección.
Somos exalumnos del colegio Stella Maris, ahí van mis nietos y siempre me encuentro con familiares de los que no volvieron. Los alumnos una vez que terminan el colegio juegan en el Old Christians que ahora tiene fútbol, rugby, hockey, por eso la Copa de la Amistad que jugamos con el Grange de Chile. Estamos hermanados en eso. Las familias se han juntado muchísimo. Y las madres de los que no volvieron hicieron la biblioteca Nuestros hijos. Ahora esta película habla de ellos, es mucho mejor la reivindicación porque la película anterior yo les pedí poner los nombres y no quisieron.
Yo creo que las heridas no habían sanado, era otro momento del mundo donde el tema de la antropofagia no estaba tan maduro, entonces las familias tenían temor de que los representaran. Para mí era una injusticia que no aparecieran. Para esta película en cambio, Bayona los fue a visitar y les aseguró que estarían presentes. Incluso la película va sobre el relato de Numa Turcatti, que no sobrevivió. El compañerismo de la sociedad de la nieve es parte de la trama psicológica de la película.
Tengo una idea muy ambiciosa de que esta película una a la gente en todo el mundo y que sepan que somos todos iguales. El ser humano es el mismo en todos lados. En China la cinta se está viendo mucho, me estaban justo contando que es un fenómeno. Y yo creo que es una oportunidad de ver la esencia del ser humano. Que no haya más guerra, ni más destrucción, porque en definitiva los países están constituidos por familias. Es un esperanto del alma, un lenguaje universal, que la película establece.
Seguimos viéndonos con nuestros amigos chilenos. Desgraciadamente tengo que soportar un montón de borrachos del Grange (ríe) que nos llevan al vicio y a visitar viñas. Con John Scott tenemos una amistad de 50 años. El Grange es como mi casa. Esta es una historia hermanadora. La película invita a darte cuenta que un día se te cae el avión y no importa de dónde venís. Somos todos iguales ante el destino”.