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Personaje

Hermanos Piñera Morel: “Nos consuela saber que te fuiste feliz, con el corazón llenito”

Hermanos Piñera Morel: “Nos consuela saber que te fuiste feliz, con el corazón llenito”

Los cuatro hijos de Sebastián Piñera y Cecilia Morel -Magdalena, Cecilia, Sebastián y Cristóbal- escribieron juntos una carta para esta edición en la que recuerdan diversos episodios con su padre: hablan de su reciente viaje “en choclón” a Punta Cana, del fondue que él les preparaba en vacaciones y de cómo han sido estos últimos días, en los que pese a la pena, también hubo “piñericosas”. “Teníamos la intuición de que iba a partir así… siendo un aventurero y amando su libertad. ¡Pero jamás tan pronto! Porque por Dios que tenía profundas ganas de seguir viviendo”.

Por: María José López | Publicado: Sábado 10 de febrero de 2024 a las 21:00
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"Papá, vivimos estos últimos tres días, desde que supimos tu partida, con una tristeza desgarradora, un dolor profundo: Sebastián y Cristóbal estaban ese día en Santiago, la Mane y la Ceci en Caburgua. ¡Tan inesperado!... Queríamos tener muchos años más de papá y de abuelo.

Sin embargo, ha sido conmovedor ver tantas tantas manifestaciones de cariño a lo largo de todo Chile e incluso del resto del mundo. Una locura, jamás pensamos el profundo impacto que iba a causar tu partida. ¡Qué emocionado y orgulloso estarías de verlo! Pero así como tu vida fue intensa, tu muerte también lo debía ser.

Escribimos estas líneas en representación de la familia: nuestra mamá, los cuatro hijos, y los 14 nietos, incluido Mateo, de solo 8 días de vida, quien adelantó cinco semanas su llegada a este mundo para conocer a su Tata: su fecha de nacimiento iba a ser en marzo. Y no venimos aquí a hablar del hombre de Estado ni del Presidente ni del gran demócrata que fuiste. Venimos aquí a honrarte como el pilar de nuestra familia: esposo, papá, suegro y abuelo.

¡Y qué legado nos dejaste!

Primero, el amor y el fuerte sentido de ser familia.

La lealtad; ante todo contar entre nosotros y los amigos de la vida.

La perseverancia, inteligencia, amor por el trabajo bien hecho.

¡El humor! Del sano…. reírnos incluso en las situaciones más difíciles.

La pasión por lo que uno hace: ya sea el trabajo, la familia o los hobbies.

La preocupación por siempre aportar a la sociedad.

Tu gran capacidad de perdonar, no tener rencor y ser siempre pluralistas y tolerantes.

Amaste la libertad, y nos dejaste crecer así, impulsándonos a buscar nuestros propios caminos y vocaciones, sin imposiciones ni límites, al contrario, apoyándonos para ir siempre más allá. “¿Qué quiere hacer? ¿Qué los motiva? ¿Cómo los ayudo?”, solías decirnos.

Tantas risas y juegos compartidos, con nosotros, tus hijos primero cuando niños, y luego con los nietos, creando un mundo de alegría y magia. Los nietos se convirtieron en tu principal fuente de alegría, y fueron tu refugio en los momentos más duros.

En tus 74 años de vida - 50 como esposo, 48 como padre y 18 como abuelo- las anécdotas son infinitas. 

Los veraneos en Caburgua, ese lugar mágico que nos construiste en la mitad de los árboles para poder disfrutar junto a los amigos la naturaleza. Donde mantenías la tradición de prepararnos tu fondue de queso, tu especialidad culinaria, y unos huevos revueltos con pimienta que a risas teníamos que comer por su mal sabor. 

Luego vino Ranco, el lugar donde tu alma partió. Este miércoles amanecimos sin “el despertador de Ranco”, que era tu costumbre de ir a levantarnos bien temprano con agua en la cara, en especial a quien se hubiera acostado tarde, para que te acompañáramos a alguno de sus paseos. Logramos unas pocas veces ser nosotros quienes te despertamos a ti con agua en la cara.

¡Cómo amabas las aventuras! Tenías una audacia y jovialidad que te llevó a experimentar todo tipo de deporte aventura. Te acompañamos al parapente, rafting, kayak de río, buceo, paracaidismo. Así pudimos estar contigo para descubrir lugares recónditos, explorar, conocer. 

Nos invitaste a tantas partes enseñándonos su profundo amor por la naturaleza. Eras un enamorado de Chile.

Un hombre curioso. Querías saber de todo. Preguntón. Leyendo y leyendo cuánto papel llegara a tus manos, subrayando con tu regla y lápices negro y rojo. Hasta la mañana del martes quedaron esos tesoros tuyos en el comedor de Ranco. Lo último escrito de tu puño y letra decía “Gobernar es educar”. En esa misma mesa nos encontramos estos días con varias lecturas de contingencia nacional para el verano  y una minuta que revisabas sobre los incendios en la V región. Desde chiquititos aprendimos a no tocar ninguno de tus papeles, por muy arrugado que se viera, porque todo, todo era importante para ti.

En fin…. fuiste un ser excepcional.


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Qué suerte tuvimos de haber podido celebrar, estos últimos meses, la vida juntos; tu cumpleaños el 1 de diciembre; el aniversario de 50 años de matrimonio el 21 de diciembre, con tu gran amor y compañera de ruta: nuestra mamá. El viaje de Año Nuevo con todo el choclón familiar a Punta Cana para celebrar las Bodas de Oro…fue un viaje muy especial. Nuestro último viaje todos juntos había sido en marzo del 2022, a las Torres del Paine, después del cambio de mando.

Y celebramos los 70 años de la mamá el 14 de enero, en Cachagua. Ahí pudimos decir en voz alta la admiración a nuestros padres y valorar la familia que construyeron. Bailamos, nos peleamos el micrófono para cantar, gozamos. Incluso llegamos a reírnos de tanta celebración que nos tocó vivir juntos estas últimas semanas…. ahí no lo entendíamos, ahora ya sabemos por qué fue.

Tenemos fotos preciosas de todos esos días, varias de ellas tomadas con tu propio celular, porque te gustaba ser el guardián de las fotos.

Teníamos la intuición de que ibas a partir así… haciendo lo que más te gustaba: siendo un aventurero y amando su libertad. ¡Pero jamás tan pronto!, porque por Dios que tenías profundas ganas de seguir viviendo. ¡Estabas tan vital y lleno de energía!... Pero igual que otras veces, ahora también “te apuraste Chatito”. Esa fue la frase que quedó acuñada años atrás por tus amigos cuando los invitaste a un primer veraneo en un Caburgua que todavía no tenía las casa listas: los colchones estaban afuera, había cajas por todos lados, así es que terminaron todos durmiendo en un hotel.

Al menos nos consuela saber que te fuiste en plenitud, feliz y con el corazón llenito. Habías estado tan contento el último tiempo. Habías alcanzado una armonía entre estar con tu familia, tus amigos, y el poder seguir aportando a Chile y Latinoamérica.

Queremos agradecer a todas las autoridades, y sobretodo a las miles y miles de personas que han manifestado su cariño y admiración a nuestro papá.

Terminamos estos días cansados, rebosantes de emociones y llenos de cariño. El viernes, comimos todos juntos en tu casa, y nos acordamos de tantas tantas historias. Hemos estado entre el llanto y también la risa, porque así somos. ¡Incluso nos pasaron piñericosas! Los nietos revoloteando alrededor del ataúd… pero los dejamos, porque a ti te encantaba ese desorden. 

Escribimos esta carta el sábado en la mañana. Estamos despertando con toda la pena. Y pensamos qué es lo que nos dirías: ¡Arriba los corazones!

Mantendremos tu legado, y cuidaremos lo que tanto sembraste: ser unidos, sencillos y con propósitos por la vida.

Nuestro amor será infinito papá

Magdalena, Cecilia, Sebastián y Cristóbal

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