Personaje
Torrealba a 70 días del caso Vitacura: ¿Qué dicen sus cercanos sobre el ex alcalde?
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Año 1963. Raúl Torrealba Del Pedregal jugaba un partido de fútbol -una de sus grandes pasiones, es histórico hincha de la UC- en las canchas del Saint George’s, en Pedro de Valdivia, donde entonces estudiaba, cuando le ganó la disputa de una pelota a un rival. La jugada fue aplaudida: “Torrealba, eres firme como un tronco”, le gritaron de la gradería. Tenía 15 años, y desde ahí pocos lo volvieron a llamar Raúl.
El episodio -pese a que ocurrió hace casi 60 años- ha sido recordado las últimas semanas por el círculo cercano del exalcalde de Vitacura de 1996 a 2021, hoy de 72 años y quien está envuelto en una compleja situación judicial (fue denunciado de presunta malversación de caudales públicos) luego de que una ex asesora municipal confesara haber recibido durante tres años sobres con $ 5 millones en efectivo al mes, los que ella luego le entregaba a él (ver recuadro).
La “dureza” del Tronco (ex RN), relata uno de sus cercanos, sigue vigente pese a que hay una contundente investigación encabezada por el fiscal Xavier Armendáriz, y pese a que es indagado, entre otras cosas, por lavado de dinero.
“Ese asunto en particular, no le preocupa. Tiene cómo demostrar que no fue así”, añade un conocido. Los críticos tienen una visión distinta: “Es muy grave lo que está pasando. Una vergüenza para quienes confiaron en él, para los vecinos, para el país. Ya hay indicios suficientes para zanjar que al menos en términos de transparencia, no fue la administración ejemplar de la que él se jactó tanto”.
La última información pública sobre Raúl Torrealba -con estudios de Derecho en la Chile, que no finalizó- revelaba que el ex edil pasaba los días en su casa en Colico. Ese era su plan inicial tras el término de su periodo y el lugar donde encontró refugio una vez que estalló el juicio.
Sin embargo, luego de que esa vivienda en la IX Región fuera allanada por la PDI -el 9 de septiembre, mientras que el 23 de agosto ocurrió en su casa en Santiago-, por recomendación de asesores y familiares hace dos semanas se trasladó junto a su mujer, María Soledad Simonetti, a su departamento en la capital, en Santa María de Manquehue. Son contadas con las manos las personas que lo han visto.
En su núcleo más íntimo están sus familiares: sus hijos Raúl, María José (jefa de gabinete del ministro de Energía y Minería Juan Carlos Jobet) y Javiera (Francisca vive en Miami y mantiene diálogo permanente vía remota).
Luego, están sus amigos. Apenas llegó lo visitaron los “inseparables”: entre ellos el arquitecto José (Pepe) Correa, el empresario automotriz Mario Anfruns y Juan Eduardo Errázuriz, de Sigdo Koppers. “¿Visitarías a tu hermano si está en una situación como esta? Claro que sí”, asegura uno de sus conocidos. La frase no es en vano: quienes frecuentan al ex edil aseguran que es un hombre de “un millón de amigos” y “múltiples conocidos” heredados por su antiguo puesto. Sin embargo, hay un grupo con el que tiene un vínculo muy especial.
También han conversado con él Francisco Varela y Juan Domingo Acosta, quien pese a no ser su abogado, participa en discusiones clave. Hay un chat en el que varios se comunican y hablan de este tema.
“¿Por qué no te defiendes?”
Entre las conversaciones que destacan sus conocidos, varios coinciden en una pregunta: “No entendemos por qué, siendo una persona que siempre ha ido de frente, casi rozando lo polémico con tal de manifestar su punto de vista, en un caso como este, no habla, no dice nada. ‘Por qué no te defiendes, hombre’?, le preguntamos incansablemente”.
Otro responde la interrogante: “No me cabe en la cabeza que lo que leo en la prensa sea cierto. Y me costó entender por qué no hablaba, pero él me explicó que su defensa tiene una estrategia legal, y como amigo se la respeto”. Un amigo añade: “Hasta ahora no he recibido ninguna explicación, y por supuesto que la estoy esperando. Está siguiendo las instrucciones de sus abogados. ¿Culpable o no? Le tengo que dar el beneficio de la duda”.
Hay quienes, derechamente creen que no se sabe nada de él porque hay pruebas suficientes en su contra.
Con todo, el ex edil sigue los pasos que ordenó su abogado, Francisco Velozo: “Este es un caso reservado, Raúl no sabe quiénes han ido a declarar ni lo que estas personas han dicho. No puede aparecer revelando su versión a terceros sin tener claro qué se está diciendo”. Mientras, está recopilando y buscando antecedentes para aportar a Xavier Armendáriz, fiscal regional de la zona Centro Norte.
La versión de Torrealba, apunta una persona que ha mantenido contacto con él, podría ser conocida durante el verano, cuando se abra el caso (el 1 de septiembre la fiscalía decretó por 120 días el secreto de la investigación).
En paralelo, la municipalidad de Vitacura, encabezada por Camila Merino -quien hizo la denuncia por irregularidades en el pago de subvenciones en los programas Vita Deportes, Vita Salud y Vita Emprende a la fiscalía-, luego de solicitar una auditoría interna a dichos programas -de donde habrían salido las platas-, inició un sumario administrativo, proceso que según se explicó a DF MAS, es liderado por Patricia Bravo, profesional de la municipalidad.
De inmediato se suspendió preventivamente a tres funcionarios de la entidad: la publicista Antonia Larraín, exdirectora (s) de Desarrollo Comunitario (esta semana se le desvinculó definitivamente); José Bucarey, director de administración y finanzas; y Sergio Beaumont, contralor municipal. Son parte de su círculo de ex asesores de confianza (recuadro).
“Es despelotado”
Durante la última sesión municipal, el asunto del Tronco fue tema obligado. Entonces, uno de los concejales tomó la palabra y dijo: “Dudo de todas las personas que andan con mucho efectivo en la billetera”. Es, reconocen varios, una característica del ex edil.
No es indicador ni prueba de nada, matiza otro, pero es un sello conocido de Raúl Torrealba: cuando iba a restaurantes solía pagar con billetes. Lo hace porque es “a la antigua”, comenta un amigo.
Pese a la reserva del caso, hay un grupo cercano que sí conoce su defensa. ¿Qué sucedió, según esa versión?
De los ingresos de “Vita” -dice un concejal que se pedían los balances, pero al ser entidades privadas, no se entregaban-, $ 5 millones eran derivados a la “caja chica” municipal (Antonia Larraín era la emisaria). Con esa plata, todos los meses había una serie de gastos “relacionados a la municipalidad, pero ajenos a sus trabajos”, por lo que no se podía boletear.
Entre ellos, desayunos para celebrar los cumpleaños de los funcionarios -día en que además se solían entregar regalos, aseguran-, salidas a almorzar con alcaldes de zonas vulnerables a los que Torrealba ayudaba, entre otros. Un ejemplo concreto, relata una persona que conoce esta versión, es que con “el millón” que sobraba de la Semana de la Chilenidad, él organizaba un gran asado con toda la municipalidad.
“Son argumentos que se están barajando estos días. No es muy riguroso, él lo tiene claro. Pero no se la robó”, relata la misma persona. Otro cercano complementa: “Es despelotado, no ladrón. Y tiene claro que ese despelote es lo que lo tiene metido en esto”. Otros que conocen esta teoría señalan: “no era su plata. No la debió usar”.
“No sale de la casa”
Cuando Raúl Torrealba era alcalde, cuentan quienes trabajaron con él, era madrugador. Despertaba cerca de las 5 am todos los días a leer el diario y poco después de las 7 ya estaba en la oficina. Ese horario, dicen, se ha mantenido.
“No sale de su casa, prácticamente nunca. Decidió quedarse ahí con su mujer para evitar cualquier tipo de polémica o confrontación”, comentan quienes han hablado con ellos. Está enfocado en su defensa.
Por lo mismo, con quienes tiene mayor contacto estos días es con Velozo, el abogado Gonzalo Cordero (estrecho colaborador experto en crisis comunicacionales), quien trabaja en este caso junto a las periodistas Francisca Gallardo y Jimena Catrón.
De todas formas, añaden de su entorno, que el “Tronco” intenta despejar la cabeza leyendo libros, viendo alguna serie, un partido de fútbol o de rugby, deporte que practicó en su juventud y del cual se define como “fanático”. “Se distrae en la medida de lo posible”, concluye un amigo.
Carlos Balbontín Meneses: el abogado que fichó Antonia Larraín
A fines de agosto Antonia Larraín, ex asesora de confianza del ex edil
, confesó a la Dirección Jurídica de la Municipalidad que durante tres años y hasta el cambio de administración municipal, manipuló mensualmente sobres con $ 5 millones que recibía, entre otros, de Domingo Prieto (tío de la involucrada) y Arnaldo Cañas. Ella dijo que los entregaba personalmente a Torrealba.
Lo mismo ocurría cada septiembre para la Semana de la Chilenidad, cuando recibía de Prieto cerca de $3 millones para esa celebración. Sin embargo, generalmente sobraban fondos cercanos a $1 millón de pesos, que también llegaban a Torrealba, según dijo.
Desde la semana pasada la gestora de cultura cuenta con la asesoría legal del penalista Carlos Balbontín Meneses (41), quien trabaja con su padre (homónimo) en varios litigios . En tanto, el abogado de Domingo Prieto es Ignacio Schwerter.
Quiénes son los ex asesores de confianza
Una persona ligada a Vitacura explica que hay distintos grupos con los que Torrealba tenía relación.
Los más estrechos, nadie duda, fueron: Antonia Larraín (es además muy cercana a su hija María José); Galo Errázuriz, quien fue su jefe de gabinete y la alcaldesa Merino lo trasladó a la dirección de Comunicaciones (es de los pocos que sigue trabajando ahí y el único de los más cercanos que la actual edil mantuvo); María Luisa Ortúzar, exasesora de la alcaldía: Macarena Bezanilla, fue su asesora y hoy es concejala. “Ella es muy cercana, en lo personal también”, comentan de Vitacura.
En una esfera menos personal -”pero sí más estratégica y política”, describe una persona cercana a la municipalidad- están Aldo Sabat y Felipe Guevara. A Sabat lo “heredó” de su antecesora Patricia Alessandri, y continuó trabajando con él como administrador municipal hasta que en 2010 partió a trabajar con Sebastián Piñera como administrador presidencial.
Fue concejal entre 2012 y 2016, año en que volvió a ser su asesor (en paralelo lo fue de Barnechea). Expertos en Vitacura aseguran que Guevara fue uno de los creadores de la red de programas “Vita”, cuyo manejo financiero ha destapado este escándalo.
También mencionan al abogado Andrés Ibarra: fue director jurídico hasta 2014, luego asesor hasta 2017, y más tarde, director ejecutivo de la Corporación Cultural (2018-2019); a Hernán Swart, ex director ejecutivo de la Corporación Cultural; Renato Sepúlveda, embajador de Chile en El Salvador (también ocupó el puesto de director de Desarrollo Comunitario y antecesor de Antonia Larraín). Y Sebastián Puga, ex asesor de gabinete.
Además de Bezanilla, Max Del Real, actual concejal y ex candidato a alcalde, era muy cercano (aunque a menor escala que ella, aseguran). Él era quien lo reemplazaba cuando él no podía asistir a un evento público. Por eso, y por ser “la carta de la continuidad”, es considerado como “muy estrecho”.
Otros dicen que tenía buena sintonía, pero 100% laboral. Que no lo ha visto -sí le habría mandado mensaje de apoyo- y que tiene mucha pena por lo que está sucediendo. Por su parte, Francisca Cruzat, Luz Pacheco, Cristián Araya y Felipe Irarrázaval, los últimos meses de su gestión tuvieron diferencias con algunas decisiones presupuestarias y armaron un chat “Frente de Vitacura” en la que manifestaban su molestia. Hoy, ese grupo de WhatsApp está muy activo, dicen.
Su ex secretaria, María Pino, y su ex chofer, Miguel Muñoz, siguen trabajando con Merino.
Varios de los aquí mencionados son parte de la lista de testigos clave que estarían siendo llamados a declarar por Armendáriz.