Por dentro
Presidente del Grupo Empresas Navieras: “Dejaremos de ser parte de Sofofa”
-
Cuéntale a tus contactos
-
Recomiéndalo en tu red profesional
-
Cuéntale a todos
-
Cuéntale a tus amigos
-
envíalo por email
Dicen que la salida de Felipe Irarrázaval Ovalle de la gerencia general de Empresas Navieras se definió mucho antes de que se supiera la noticia públicamente a mediados de mayo.
Según José Manuel Urenda, presidente del directorio, la decisión se tomó en diciembre pasado cuando los máximos ejecutivos del grupo definían el plan estratégico de la compañía y “el propio Felipe, gerente general durante los últimos 10 años en GEN, dijo que le interesaban otros temas, y que en adelante estimaba que la posición que le quedaba mejor era convertirse en director”, dice Urenda desde Miami.
Según José Manuel Urenda, presidente del directorio, la decisión se tomó en diciembre pasado cuando los máximos ejecutivos del grupo definían el plan estratégico de la compañía y “el propio Felipe, gerente general durante los últimos 10 años en GEN, dijo que le interesaban otros temas, y que en adelante estimaba que la posición que le quedaba mejor era convertirse en director”, dice Urenda desde Miami.
Irarrázaval había sido un destacado ejecutivo del grupo: buen negociador, experto financiero, directo y frontal, lo que muchas veces generó anticuerpos al interior del grupo naviero, que además comenzó a mirar con suspicacia el tiempo que el gerente general también dedicaba a la política, en su rol de concejal de Vitacura, y también por su interés en los temas gremiales.
Te podría interesar: deportación de chilenos desde EEUU sube 119,4% en un año
Dice Urenda que jamás el ejecutivo les advirtió que su salida iba a complicar su carrera para asumir como consejero en Sofofa -si es que conseguía los votos en esa elección, cuestión que ocurrió-. Porque por estatutos un candidato hombre sólo puede asumir, si el consejero electo es gerente general o director de la empresa socia del gremio de los industriales.
“Probablemente, Felipe no se percató en ese instante. Tampoco quedó definida la fecha exacta en que iba a dejar concretamente su rol de gerente general”, afirman en el grupo. De hecho, pasaron varios meses antes de que el directorio tomara la decisión de que ese cargo en específico requería dedicación exclusiva, y que por tanto era necesario materializar su salida lo antes posible.
Fuentes de la compañía recalcan que fue entonces cuando Irarrázabal solicitó a la nueva filial en la que ahora es director -Portuaria Cabo Froward, la única del grupo abierta en bolsa- afiliarse a Sofofa. Pero recibió una negativa rotunda.
Consultado, Irarrázaval decidió no referirse al tema.
Un club de pocos
“Hace mucho tiempo que la Sofofa no nos representa”, dice José Manuel Urenda, quien afirma que no tiene ningún tipo de relación con el gremio desde hace años. Dice que ahora la asociación está “controlada por unos pocos”, que dejó de aportar al debate y que en un caso que los ha afectado directamente -el debate por la nueva ley de cabotaje y la protección del naviero chileno- “jamás alguien se interesó desde el gremio para hacerse cargo de un tema tan complejo como éste, ni menos por representar nuestros intereses”-
Te podría interesar: Rosanna Costa: "Hay un nivel de incertidumbre frente al cual vale la pena disponer de una herramienta adicional"
Urenda, uno de los mayores propietarios del Grupo Empresas Navieras, recalca que Sofofa en alguna oportunidad prometió tener un área relativa a la actividad marítima portuaria, la que nunca implementó.
Fue a raíz de todo eso que los socios tomaron una determinación que analizaban desde hace años: renunciar al gremio industrial, cuestión que materializarán a fines de este año. Eso explica también por qué no hubo ninguna consideración de agregar otra de las filiales del grupo al gremio. Por eso Urenda señala: “En diciembre dejaremos de ser parte de Sofofa, porque no nos sentimos representados”.
El tejemaneje en Sofofa
Felipe Irarrázaval es otro de los accionistas importantes de GEN: a través de Finvest, tiene cerca de un 7% de la compañía. De hecho, su hermano, José Luis, lo representa en el directorio, si bien según fuentes del grupo fue “la familia Urenda la que le dio los votos para conseguir un lugar en el directorio”.
Pero ser socio de la compañía no le permite a Irarrázaval asumir como consejero de Sofofa, un cargo que buscaba con mucho interés después de intentar tímidamente una carrera para convertirse en el líder de los industriales.
En el gremio reconocen que la situación les ha abierto un problema, y durante los últimos días el comité electoral está de cabeza definiendo la fórmula para concretar su reemplazo, porque es un tema que no está definido con claridad en los estatutos. Ahora, existe un solo escenario que podría permitir que Irarrázabal termine en su rol de consejero: que logre que otra compañía, en un plazo récord, lo nombre como director de alguna firma asociada a Sofofa, si bien muchos consideran que no hay tiempo para eso.
Te podría interesar: El estilo de Kathleen Barclay, la presidenta de la transición en Endeavor Chile
Si no ocurre un panorama como ese, la solución que corre con ventaja es que asuma “el mejor perdedor”, dentro de los 16 candidatos a consejero que quedaron fuera en la elección pasada, un nombre que se maneja con total hermetismo. Tanto, que ni siquiera los consejeros electos saben cuántos votos sacaron quienes perdieron.
Todo esto ocurre a días de que se nomine la nueva directiva de Sofofa, el próximo miércoles 31 de mayo, en la cual la mayoría da por descontado que la presidencia quedará en manos de Rosario Navarro, directora de Sonda. Ese mismo día deberá también quedar configurado el consejo con un nombre que aún se encuentra en total anonimato.