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Mario Marcel, el ministro senior del gobierno millennial
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En la calle Carmen 545, en Santiago Centro, rodeada de varios locales de repuestos de automóviles, está Fabrestel, la pyme industrial de la que es accionista el ministro de Hacienda, Mario Marcel Cullell.
Un total de 12 personas fabrican y venden resistencias eléctricas, calefactores tubulares, baterías y cintas calefactoras, cuenta Cristián Marcel, gerente de la empresa y primo del secretario de Estado, a quien, por cierto, no ha visto por allí en años. La compañía fue comandada hasta 1999 por Mario Marcel Ahumada, el padre del ministro.
“Mario tiene muchas responsabilidades”, dice este otro Marcel. El Marcel ministro, como timonel del frente económico, afronta un país con crecimiento y peligro de recesión, una inflación infartante, expectativas económicas como para tomar antidepresivos, varias reformas simultáneas -tributaria, pensiones, laboral-, tensión e inestabilidad política, una coalición gobernante con diferencias internas a flor de piel y el plebiscito del 4 de septiembre, cuyo resultado traerá nuevos retos.
En estos casi seis meses en Teatinos 120, dice el jefe del equipo económico, los desafíos han sido “estabilizar la economía, la salud fiscal y dar certezas a los inversionistas. Es importante tener un buen manejo de las finanzas públicas y la economía. En Chile y otros países de la región ha habido muchos gobiernos que quisieron hacer reformas importantes, pero tuvieron que abandonarlas, porque la economía falló. Hay experiencia abundante desde la cual valorar la importancia de la prudencia fiscal, no para dejar las cosas como están sino para permitir que los cambios sean duraderos”.
Aunque no lo dice, es clave tener muñeca política. Y Mario Marcel, señalan varios consultados, la tiene. Para empezar, trabaja en equipo y los empodera; maneja los tiempos y la lógica de premios y castigos que impera en el mundo parlamentario desde que era Director de Presupuesto, y devolvió a Hacienda su poder perdido.
Como político, Marcel ha aprendido de los estrategas más hábiles. El exministro de Aylwin, Enrique Correa, es uno.
“Con el ministro de Hacienda tenemos una amistad de hace años, que data de la década del ‘90. En algún momento intentamos un pequeño emprendimiento juntos que no fructificó (se refiere a una inmobiliaria). En el ámbito profesional siempre estuvimos muy cerca, ya que fui asesor del Banco Central por muchos años y lo dejé cuando él asumió como presidente”, señala el fundador de Imaginacción. Pero hoy no se ven tanto. “Como dos personas ocupadas, tenemos poco tiempo para la vida social”, dice Correa, socialista como Marcel.
Sí, porque aunque el titular de Hacienda se define independiente, militó en las Juventudes Socialistas cuando estudiaba Ingeniería Comercial en la U. de Chile, en una época en que “los socios” tenían varias facciones, algunas cercanas a la “Jota” (Juventudes Comunistas) pero ninguna a la DC ni a la derecha.
La ex ministra y ex diputada Carolina Tohá (PPD) es otra de sus cercanas, pero no la conoció en la U, sino en Dipres, como ella misma aclara.
Marcel, el político
El ministro trabaja y se lleva bien con el resto del equipo económico. “Los ministerios con los cuales más interactuamos y hemos desarrollado una comunicación más fluida son aquellos que están más cercanos a los temas económicos, como el Ministerio de Economía (Nicolás Grau), Ministerio del Trabajo y Previsión Social (Jeannette Jara), y Segpres (Giorgio Jackson)”. Y declina mencionar aquellos con quienes no se lleva bien.
Incluso tiene palabras de respaldo para el ministro Jackson, quien fue denostado en público y en privado por su polémica entrevista en Twitch. “Más allá de los méritos o falencias de cada generación y el contexto en que les correspondió vivir, la diversidad es lo más importante para ayudar a que el país salga adelante y, particularmente, para que el gobierno haga un buen trabajo”, responde a propósito del episodio.
El ministro ha sido menos diplomático en salir a corregir a otros miembros del gobierno, como el subsecretario de Relaciones Económicas Internacionales, José Miguel Ahumada, quien sostiene que el TPP11 trae ganancias “marginales” al país, a lo que el ministro Marcel ha señalado que los tratados comerciales “son siempre oportunidades que van ampliando la capacidad de la economía chilena para competir en el mundo”.
O cuando la ministra Vallejo se pasó de revoluciones e instó al Banco Central a “tomar medidas” por el alza del dólar, a lo que el titular de Hacienda salió a ponderar, sin mencionarla, afirmando que “hay ciertos actores, autoridades, que no están tan familiarizadas con esas distinciones” respecto a qué actuación es esperable del Banco Central en el contexto de la depreciación del peso.
Pero, según exministros, la clave de su poder es el empoderamiento de Hacienda dentro del gobierno. “Ha fortalecido el ministerio de Hacienda porque habla lo justo y necesario, muy ponderadamente, y eso se había perdido en los últimos años”, señala el exministro de Energía y Economía, Jorge Rodríguez Grossi, quien explica que tradicionalmente este ministerio era el más poderoso, pero en la era Piñera, el Presidente se involucraba mucho y con ello se debilitó la cartera.
Así opinan incluso quienes están en la vereda contraria y muchas veces no comparten sus ideas ni su gestión, como el senador de Evópoli, Felipe Kast: “actúa con prudencia, seriedad técnica y tiene un plan, que es muchísimo más de lo que tienen los ministros y ministras del Frente Amplio”.
Como estratega, Marcel ve oportunidades donde otros ven riesgos. Por ejemplo, sobre el grado de tensión política señala que “el peak de la polarización y crispación en realidad se dio durante la administración anterior (de Sebastián Piñera)”.
Y mientras muchos actores se quejan de la dificultad de construir consensos, el titular de Hacienda señala que “hoy, particularmente si miramos la composición del Congreso, el hecho de que haya una mitad de diputados y diputadas que son nuevos, abre una mayor oportunidad de diálogo y de cambiar un poco la dinámica en las relaciones con el Ejecutivo”.
Cuidar la marca Chile
Aunque el cuidado de la “marca Chile” era una obviedad para cualquier gobierno, para la generación hoy en el poder no lo es tanto, como queda en evidencia la seguidilla de polémicas en Cancillería, y de ahí que se valore el rol del ministro en esta área, que además conoce bien, tras su paso por el BID, el Banco Mundial y la OCDE.
“En el Chile Day en Nueva York, puso de manifiesto la importancia del comercio internacional y de la inversión extranjera directa para el país”, señala a su turno Rodrigo Yáñez, exsubsecretario de Relaciones Económicas Internacionales. “Para la percepción internacional, la figura de Mario Marcel es crucial para transmitir que el gobierno actuará con responsabilidad fiscal en las reformas que se quieren implementar”, dice.
Y aunque muchos dudan de esta responsabilidad, tomando en cuenta el elevado gasto público, el ministro es categórico respecto de la regla del superávit estructural: “No solo la vamos a cumplir, sino que la hemos vuelto más exigente de lo que era”.
En Hacienda, enfatizan, presentarán indicaciones al proyecto de ley de Responsabilidad Fiscal donde se evidencia el interés de la cartera por mantener la regla mucho más estricta del diseño actual, permitiendo por ejemplo que el Gobierno en caso de contingencias, pueda desviarse de la regla pero con la obligación de comprometer un camino de retorno.
Fabrestel, la fábrica de Resistencias Eléctricas de la familia Marcel
En Carmen 545, Santiago, se emplaza la única empresa en la que el ministro de Hacienda declara tener participación. Se trata de una compañía familiar que fue manejada por Mario Marcel Ahumada, padre del ministro, hasta 1999.
Su nombre es Fabrestel Fábrica de Resistencias Eléctricas S.A., que tiene la razón social Marcel y Marcel. En esta firma el secretario de Estado tiene 2.560 acciones, equivalente al 15,25% de la propiedad, las que fueron adquiridas en marzo de 1983, según se detalla en su declaración de interés y patrimonio.
El ministro tiene una vida casi sin deudas: informa pasivos por $ 43.667.192 por concepto de crédito hipotecario, cuyo acreedor es el Banco de Chile.
En dicho reporte, informó poseer el 100% de la vivienda emplazada en Providencia en la cual vive, la que tiene un valor fiscal de $ 347 millones, así como la totalidad de otro bien raíz ubicado en la región de Los Lagos, comuna de Puyehue, valorado en $ 59 millones.
También posee la mitad de una vivienda localizada en la avenida Pedro de Valdivia, Providencia, adquirida en junio del año 2018 en copropiedad con su cónyuge Pamela Albornoz Castillo, la que se compró con financiamiento hipotecario y cuyo avalúo fiscal asciende a $ 90 millones.
En cuanto a vehículos, el ministro Marcel informó tener un automóvil marca Peugeot del año 2021 y una camioneta JAC un poco más antigua, del año 2017.
Respecto de sus inversiones, el ministro es bastante conservador. Tiene un depósito a plazo en el Banco de Chile por un monto de US$ 9.795; otro en el Banco Itaú pero en pesos, por $ 11.411.778 al momento de la declaración, que se hizo el 9 de abril de este año.
Como profesional preocupado de su futura jubilación -Marcel lideró la primera comisión para la reforma previsional en el primer gobierno de Bachelet- tiene su Ahorro Previsional Voluntario (APV), en Principal Financial Group, por $ 81.890.646.
El blues, María Bethánia y la arquitectura
De los hobbies de Marcel, sus conocidos destacan su afición al blues, la música brasileña y en especial su predilección por la cantante María Bethânia -incluso una de sus hijas se llama así, y la arquitectura.
Del blues, sus amigos comentan que es un melómano experto y que uno de sus cantantes favoritos es Muddy Waters, músico nacido en el delta del Mississippi en 1913 y que luego emigró, como muchos de los suyos, a Chicago, y a quien se considera el padre del blues de esa parte de Estados Unidos, siendo una de las voces más importantes de este género de todos los tiempos.
Un colega de Marcel recuerda con entusiasmo el festival al que asistió con sus amigos Nicolás Eyzaguirre y Raúl Sáez en Washington en 1999, el Chesapeake Bay Blues Festival, donde tocó nada menos que la leyenda Wilson Pickett, cuyas canciones fueron versionadas en la película The Commitments, ambientada en Dublín y que, según los amigos, le gusta mucho al ministro.
Respecto a María Bethânia, la cantante y hermana de Caetano Veloso, es una de las favoritas del ministro.
Otro de los pasatiempos de Marcel es la arquitectura. Sus conocidos señalan que en sus distintos cambios de viviendas -en Washington, cuando trabajó en el BID y el Banco Mundial, o cuando estuvo en la OCDE en París- siempre desarrollaba alguna remodelación con precisión de arquitecto.