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Crisis en Venezuela: el rol clave del canciller Van Klaveren en la ofensiva del Gobierno

Crisis en Venezuela: el rol clave del canciller Van Klaveren en la ofensiva del Gobierno

El ministro de relaciones exteriores ha hablado de “régimen dictatorial” sin metáforas. y ha hecho una sólida dupla con el Presidente Boric. desde el oficialismo y la oposicion le reconocen su estilo; y también deslizan presiones por actitudes más jugadas.

Por: Paula A. Valenzuela M. | Publicado: Sábado 3 de agosto de 2024 a las 21:00
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El Presidente Gabriel Boric viajaba el domingo en dirección a Emiratos Árabes cuando en la escala en Gran Canaria se contactó con el canciller Alberto van Klaveren.

Era cerca del mediodía en Santiago de Chile y las votaciones en Venezuela estaban aún en curso. El ministro ya estaba en Abu Dhabi -adelantó su partida a esa gira económica- y ambos hablaron sobre los escenarios esperados y concordaron las declaraciones que ambos darían horas más tarde. A esas alturas la oposición de ese país se mostraba optimista de derrotar a Nicolás Maduro.

Cuando cerraron las mesas ese 28 de julio y comenzó una larga espera por los resultados, la primera autoridad chilena en dar una declaración fue el ministro de Relaciones Exteriores. A las 22:19 de esa noche, escribió en su cuenta de X: “Como Gobierno de Chile, hacemos un firme llamado a que la voluntad del pueblo venezolano sea respetada y que se garanticen los resultados de la elección presidencial. Se viven horas decisivas en Venezuela y la democracia debe primar ante todo”.

Por la mañana, en todo caso, el secretario de Estado ya había dado luces de la distancia que marcaban con Caracas. “El contexto de la elección no es en un proceso de normalidad, pero esperamos que el proceso mismo pueda tener unos niveles mínimos de credibilidad”, dijo en Mesa Central.

A esa hora ya había señales de que el proceso no saldría del todo “transparente”: los senadores de la oposición chilena Felipe Kast y Rojo Edwards fueron deportados e impedidos de ser “observadores” de las elecciones. No ocurrió lo mismo con el diputado comunista Boris Barrera y otras figuras de la izquierda chilena como Marco Enríquez-Ominami y Karina Oliva.

Sólo minutos después del mensaje de Van Klaveren en X, el mandatario hizo lo propio llamando a que los resultados fuesen entregados de manera transparente.

Sin embargo, dos horas después, pasada la medianoche, se daba por ganador a Maduro, un resultado desolador para las miles de personas que se habían congregado en las calles a lo largo de Chile reclamando “libertad”.

“El régimen de Maduro debe entender que los resultados que publica son difíciles de creer…”, comenzaba el Presidente en su primera alocución que marcaría el ritmo de toda la semana. Usó palabras como “exilio” y remató señalando que Chile no reconocería ningún resultado que no sea verificable.

“La opinión que importa”

Hasta esa noche parecía que el mundo político se cuadraría tras la posición que había marcado el Presidente Boric; sin embargo, el PC salió a rebatir:“Yo hubiese esperado que reconocieran los resultados”, dijo Barrera.

Mientras el presidente de la colectividad, Lautaro Carmona, señaló que esperaba que el pueblo venezolano se manifestara. Boric no tardó en salir a responder desde su gira: “La política internacional del país la dirige el Presidente de la República y todos los partidos lo entienden”.

Luego eso desataría un nuevo lío interno en el oficialismo, pues senadores como Ricardo Lagos Weber (PPD) y Juan Luis Castro (PS) expresaron su incomodidad por ser parte de la misma coalición que el PC. Hasta la presidenta del PS, Paulina Vodanovic, se plegó a esa idea.

Mientras en Cancillería seguían atentos a la situación interna de Venezuela, en el comité político de La Moneda desestimaban en privado que la postura del PC en este tema significara un quiebre real en el oficialismo, porque, afirman, no se trataba de una situación inédita. Recordaban, por ejemplo, las diferencias que existieron en la centroizquierda en su minuto con Cuba.

“La política exterior la define el Presidente y la implementa la Cancillería y la verdad es que el que baja la línea es el Presidente y la opinión que importa es esa. Lo otro son grupos que pueden discrepar, pero lo que importa es la posición del Ejecutivo”, dijo tajante el canciller -aunque en su estilo “dialogante”- mientras la discusión entre los partidos del oficialismo se jugaba en la arena pública.

En el oficialismo igualmente había desazón: Chile fue el primer país en salir a declarar que no reconocía los resultados; marcó la línea, sin duda, y eso lo valoraban, pero la disputa interna con el PC opacaba por esas horas el logro.

“La mano de Alberto”

Alberto van Klaveren (76, independiente, cercano al PPD) es reconocido por su vasta experiencia en el mundo diplomático. Es además politólogo y abogado. Fue subsecretario de Relaciones Exteriores en el primer gobierno de Michelle Bachelet y tuvo gran visibilidad pública cuando fue agente de Chile ante La Haya por el caso con Perú.

No sólo eso: el canciller también ha sido embajador en Bélgica, Luxemburgo y la Unión Europea. Ha tejido, además, redes transversales políticamente. Tanto así que Carolina Valdivia, excanciller, y Benjamín Salas, ex asesor clave, ambos del gobierno de Sebastián Piñera, han manifestado su cercanía y admiración con su figura.

Por estos días, además, en todos los sectores han relevado su rol sobrio y “prudente” ante el impacto político que vive el mundo con la crisis venezolana. Eso, dicen, si se le compara, por ejemplo, con otros de sus pares como Argentina o Perú. “El canciller ha estado completamente a la altura, es un canciller que se mueve como pez en el agua. Sobre todo es un canciller prudente que se nota al compararlo con sus pares de América Latina”, dice a DF MAS el diputado liberal Vlado Mirosevic, miembro de la comisión de RREE de la Cámara.

Semanas anteriores, no obstante, había recibido duras críticas. En una columna en El Mercurio, el investigador del IES, Daniel Mansuy, había criticado el rol “pasivo” del canciller. “Tenemos un canciller cansado y cansino, que prefiere eludir los problemas”, sostuvo.

Desde la centroderecha, durante esta semana, en cambio, afirman que han mantenido diálogo fluido con el canciller. Y varios comentan que en la línea de la política exterior se ha visto claramente “la mano de Alberto”. No obstante, en la oposición hay presiones para que Chile rompa definitivamente relaciones con Venezuela. Pero eso es descartado de plano. De hecho, en el Gobierno repiten una frase que sostuvo esta semana el Presidente públicamente: “Chile no rompe relaciones con un país desde 1943 entonces con la Alemania nazi y Japón”.

En tanto, desde el Socialismo Democrático relevan la “dupla” que ha estado haciendo con el Presidente Boric. “Alberto van Klaveren ha sido clave, ha posicionado el nombre de Chile, y eso se debe a él y también a la audacia del Presidente Boric. Son una dupla clave: él aporta con su amplia experiencia y él es un Presidente joven, tremendamente popular en el mundo”, dice a DF MAS el diputado PS Tomás de Rementería, integrante de RREE.

Por su parte, el excanciller DC Mariano Fernández comenta: “El Presidente y el canciller se han ganado un prestigio enorme en los países que importan. Este viernes me contaba un amigo, una persona con mucha trayectoria internacional -y que viene llegando de Francia-, que ha quedado impactado... me dijo: ‘Estuve en el consejo de Europa y me impresionó el prestigio con el Presidente Boric por su compromiso con la democracia en Ucrania y Venezuela’”.

Hasta desde la oposición venezolana han salido a valorar el rol de Van Klaveren. María Corina Machado agradeció que “exigiera” el respeto del pueblo venezolano en las elecciones. “Siempre recordaremos su apoyo”, dijo.

Apoyos y presiones

Este martes mientras el canciller grababa una entrevista en televisión -con CNN Chile- se enteró de que Venezuela expulsaba a todo el cuerpo diplomático de varios países, entre ellos, Chile. Se sorprendió. Fue ahí cuando catalogó el hecho como “inédito” y dijo que aquello era “característico de un régimen dictatorial” sin ninguna duda.

Para buena parte de la derecha ese fue un gran punto que se anotó esta semana. Sus dichos luego fueron respaldados “plenamente” por el Presidente Boric. “El rol del canciller ha estado muy bien, ha dicho en todas sus letras que estamos frente a un régimen dictatorial”, afirma la excanciller Valdivia.

Al menos en privado la oposición sigue resintiendo que ministras como Carolina Tohá y Camila Vallejo aún no pronuncien las mismas palabras del canciller.

Pero otros actores, como el diputado RN Diego Schalper -de la comisión de RREE-, piden subir el tono. “El canciller debe ser más enfático en señalar que estamos en presencia de una dictadura que viola los derechos humanos y que no cumple estándares democráticos”, sostiene.

Y es que al menos en privado la oposición sigue resintiendo que ministras como Carolina Tohá y Camila Vallejo aún no pronuncien las mismas palabras del canciller. No sólo eso: reclaman que Van Klaveren no las haya repetido en los días posteriores a la crisis.

No obstante, en una parte de la centroderecha lamentan que su propio sector no haya sido capaz de articular una declaración conjunta en contra de Maduro, sobre todo porque el “Chilezuela” fue un discurso clave electoral en 2017. Varios ven que esa imposibilidad se debe, entre otras cosas, a la rápida reacción comunicacional de Van Klaveren y el Presidente.

En todo caso, la presión para el Gobierno no sólo se debe a lo “semántico”. A estas alturas, hay una parte importante -no sólo de la oposición- que han solicitado que el Estado de Chile reconozca a Edmundo González como Presidente electo. “La postura del Gobierno ha sido tibia, porque esperábamos que Gabriel Boric reconociera a González como ganador”, dice la diputada republicana Catalina del Real.

Pero hasta ahora, Van Klaveren ha dicho que eso es “prematuro”. En los análisis privados afirman que no se puede repetir la estrategia fallida de 2019 con Juan Guaidó, que es recordado con el viaje de mandatarios a Cúcuta, entre ellos, Sebastián Piñera. El exministro Fernández opina, por ejemplo, que “no es una buena idea que el Gobierno declare electo a Edmundo González: cómo vas a reconocer a alguien que no tiene el poder. Con el kilometraje que uno tiene en Relaciones Exteriores, yo digo: el Presidente Boric y el canciller no deben radicalizar sus declaraciones”. Otros complementan que no se debe ceder ante la presión norteamericana.

Este sábado, en tanto, aterrizó en Santiago el embajador chileno expulsado de Caracas, Jaime Gazmuri, con quien Van Klaveren mantiene comunicación diaria. Se quedará en Santiago de manera indefinida. Mientras, Chile busca jugar su propio rol: sabe que no es clave en la región, pero que debe actuar en bloque con quienes sí tienen un peso mayor en esta crisis, como lo son Brasil y Colombia, encabezados por Presidentes afines a la ideología del gobierno de Gabriel Boric.

Este lunes, además, el Ejecutivo se prepara para la visita del presidente Lula da Silva. El rol de Van Klaveren, dicen, ha sido clave hasta ahora, pero advierten: aún el impacto político de la crisis en Venezuela está en desarrollo.

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