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Los nuevos pasos de Francisco Silva: De presidente del Security a socio de una startup de física cuántica
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“Vengo llegando de Lisboa, estaba en una feria de loterías”, cuenta la científica Paulina Assmann, en alusión a un evento organizado al alero de Cibelae, la Corporación Iberoamericana de Loterías y Apuestas del Estado, que reunió a compañías de este rubro gaming de América Latina, Portugal y España.
Allí y ante gigantes proveedores del área, como Scientific Games, entre otros, esta chilena mostró una tecnología que junto con otros pares lleva años desarrollando en Concepción, y con la que buscan conquistar el orbe.
Allí y ante gigantes proveedores del área, como Scientific Games, entre otros, esta chilena mostró una tecnología que junto con otros pares lleva años desarrollando en Concepción, y con la que buscan conquistar el orbe.
Assmann es la presidenta y CEO de la firma SeQure Quantum, que inició operaciones en 2019, pero tras su debut formal como compañía, hay más de 15 años de trabajo científico en formación cuántica, y más de mil papers. La misma firma que este año conquistó el interés de dos empresarios conocidos chilenos, del corazón del grupo Security: Francisco Silva (su expresidente) y Ramón Eluchans (director del conglomerado), y que ahora está en su etapa de escalamiento comercial, cerrando sus primeros acuerdos de negocio.
En su origen, esta startup surgió como un proyecto de investigación, al alero de la U. de Concepción, y de la U de Gdansk, de Polonia, al coincidir el trabajo de dos investigadores, Gustavo Moreira y Marcin Pawlowski, respectivamente. Y ya con una patente, se fueron sumando más científicos a la iniciativa, Stephen Walborn, José Brito, y la propia Assmann.
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En simple, el trabajo se enfoca en tecnología cuántica que se puede usar en diversísimas aplicaciones en empresas. ¿Qué hace? Genera números perfectamente aleatorios, en tiempo real, en el mundo digital, y que además se autentifican. “Nuestro producto ‘prueba’ que es aleatorio. Eso no existe, y nuestra patente es eso”, detalla la científica, lo que genera toda la diferencia con otras tecnologías hasta ahora usadas más masivamente, pues la de esta firma, enfatiza, se basa verdaderamente en un sistema impredecible.
A diferencia, los algoritmos pueden ser predecibles o descifrables porque son como “una receta”, explica la experta. Por tanto, éstos pueden ser un mecanismo vulnerable a ciberataques, por ejemplo, o a un mal funcionamiento.
A diferencia, los algoritmos pueden ser predecibles o descifrables porque son como “una receta”, explica la experta. Por tanto, éstos pueden ser un mecanismo vulnerable a ciberataques, por ejemplo, o a un mal funcionamiento.
En términos materiales, se trata de un dispositivo, un hardware totalmente portátil (ver imagen), que se llama “generador de números aleatorios”, cuya escalabilidad comercial está partiendo y fue el nexo que los llevó a una ronda de financiamiento que cristalizó en el ingreso de Silva y Eluchans.
El generador de números aleatorios.
China y la ronda
Fue en un viaje a China encabezado en ese momento por el Presidente Piñera, en 2019, en que el entonces presidente del grupo Security conoció a Paulina Assmann, ambos como parte de esa delegación oficial. La profesional había ido en representación del rector de la U. de Concepción, para proyectos de investigación astronómicos. Allí Assmann y Silva intercambiaron ideas de lo que en ese momento era un prototipo. “Te vamos llamar cuando estemos listos”, recuerda Assmann que le dijo al empresario.
“No fue al azar que los quisiéramos a ellos como parte de esta empresa. Queríamos fortalecer nuestro músculo comercial. Es ahí donde entran Pancho y Ramón, son parte de la empresa, parte del directorio. El proceso se inicia cerca de noviembre del año pasado. Como son grandes empresarios tuvimos un due diligence bien exigente”, cuenta la CEO.
En efecto, tras la contratación de la consultora McKinsey, Silva y Eluchans se sumaron a la iniciativa en una ronda seed, la primera con equity, que entre otras cosas buscaba este paso comercial, que permitió cambios prácticos, como que Assmann esté “contratada”, dejando la academia y dedicada a la etapa de crecimiento que avizoran. Assmann no ahonda en los números y porcentajes, sólo dice que la inyección “fue más de un millón de dólares”.
Así, hoy los socios de SeQure Quantum son siete. Los cinco científicos, más los dos nuevos invesionistas. Cinco de ellos están en el directorio: Paulina Assmann -que es la chairwoman y CEO-; el profesor de origen brasileño Gustavo Moreira, el estadounidense Stephen Walborn, Silva y Eluchans.
La compañía ya ha manufacturado cinco dispositivos en Chile, en Concepción. Su primer partner es, coincidentemente, Lotería, con quien la firma ya tiene un acuerdo, y a la que proveen sus sorteos (online). Otros equipos están en planteles universitarios.
La compañía -que además tiene oficinas en Polonia y desde allí trabaja proyectos con la UE en defensa- está hoy full enfocada en su escalamiento comercial, que comenzó ahora, este segundo semestre. La semana pasada firmaron un acuerdo con la francesa Thales, especialista en el desarrollo de tecnología en el área de protección de datos, para trabajar en soluciones en el área de defensa. SeQure Quantum también está trabajando en el área cloud computing. “Estamos en conversaciones con el sector financiero”, adelanta la CEO.
Assmann ve que las mayores aplicaciones de la tecnología están en la industria de juegos (loterías y casinos), pero también en todo rubro que requiera seguridad y protección de datos sensibles, lo que abre un abanico a múltiples aplicaciones en variadas industrias, desde luego la financiera, defensa, hasta el ADN. “Es un producto nuevo, por lo tanto, hay mucho mercado”, dice Assmann. Siempre con un modelo de negocios en dos frentes: vender el hardware y también la ‘nube’, para ofrecer el servicio de números aleatorios.
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¿Hay valorización de la compañía? Assmann refiere que antes de la ronda, “eran US$ 10 millones. Ahora no sé porque hemos crecido”, dice. “Esta es una tecnología nueva, con todo un mercado por delante. No sé cuánto creció, pero yo creo que con Thales y con estas alianzas probablemente debe haber crecido un poquito más”, plantea.
Sobre el camino que sigan en el ámbito financiero -si vendrá una nueva ronda con inversionistas, o créditos para la etapa de expansión que viene-, la CEO no se calza con una fórmula. Sabe que probablemente necesitarán recursos, pero del mismo modo, también -señala- dependerá de la demanda por el producto.
“Mi mirada en el largo plazo es que podamos estar en todas partes (…) Yo espero que nuestro generador esté en los módems de las casas, en los autos, en todas partes. Es como generamos ‘llaves’, seguridad. Para este mundo digital vamos a necesitar cada vez más seguridad. Queremos estar ahí. Espero que seamos los proveedores”, dice Assmann.
NASA y física en el verano
Nacida en Concepción, Paulina Assmann Segura, 40 años, estudió en el Colegio Asunción de Talcahuano, “colegio subvencionado”, destaca la científica. Cuenta que de niña pensaba en estudiar Medicina, aunque después se orientó a la Física, lo que terminó concretando tras rendir la prueba en lo que sería la última generación en el sistema PAA.
Estando en enseñanza media, ya participaba en una iniciativa con la NASA de satélites destinada a medir el grosor de las capas de la atmósfera. Ganó un proyecto en el marco de Conicyt cuando estaba en tercero medio. Entre ese año y el siguiente, en vez de tomarse las vacaciones, se vino a Santiago a estudiar Física en la Escuela de Verano de la U. de Chile.
Por lo que cuando después ingresó a la U. de Concepción ya tenía el primer año adelantado. Siguió con un doctorado en Física en la Universidad de Concepción, y como en Chile no existía la especialidad en Astrofísica, lo hizo en la Universidad de Leceister, en Inglaterra. También en Bonn, e incluso fue seremi de Ciencia.
Estando en enseñanza media, ya participaba en una iniciativa con la NASA de satélites destinada a medir el grosor de las capas de la atmósfera. Ganó un proyecto en el marco de Conicyt cuando estaba en tercero medio. Entre ese año y el siguiente, en vez de tomarse las vacaciones, se vino a Santiago a estudiar Física en la Escuela de Verano de la U. de Chile.
Por lo que cuando después ingresó a la U. de Concepción ya tenía el primer año adelantado. Siguió con un doctorado en Física en la Universidad de Concepción, y como en Chile no existía la especialidad en Astrofísica, lo hizo en la Universidad de Leceister, en Inglaterra. También en Bonn, e incluso fue seremi de Ciencia.